Ocho centros que ofrecían tratamientos sanitarios en Cantabria han sido cerrados por intrusismo profesional. Se trata de centros que ofrecían servicios que solo pueden ser aplicados por profesionales sanitarios pero no contaban con personal cualificado para ello.
Sanidad ha constatado que en estos centros se ofrecía tratamiento de patologías como la depresión, ansiedad, insomnio, hernias, esguinces, artrosis, tendinitis, reducción de edemas y hematomas, rotura de fibras, enfermedades cutáneas y otras, a cargo de personal que no disponía de las titulaciones necesarias.
Ha sido el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Cantabria el que ha denunciado a estos ocho centros y a otros que aún están siendo investigados por poner en riesgo la salud de los pacientes.
Porque de eso es de lo que hablamos cuando hablamos de luchar contra el intrusismo profesional: de estar seguros de que nuestra salud, la construcción de nuestra vivienda o nuestra defensa ante los tribunales está siendo atendida por profesionales que se han formado y han certificado sus conocimientos.
Esta es una de las misiones fundamentales de los Colegios Profesionales, una misión que resulta especialmente eficaz cuando se realiza en colaboración con la Administración.
Solo la Consejería de Sanidad podía cerrar estos centros. Pero nadie como el Colegio Profesional de Fisioterapeutas para detectar su existencia.
Hoy sabemos que se han cerrado ocho centros y que otros ocho están siendo investigados. Lo que nunca sabremos son las lesiones y las consecuencias indeseadas para la salud de las personas que esta colaboración ha servido para evitar.
Pero los Colegios Profesionales todavía podemos ser más útiles. También estamos ahí para que cualquier ciudadano que planee contratar un servicio profesional pueda verificar si quien lo presta está cualificado y autorizado para ello.
Porque esto no va de rivalidades entre profesiones. Va de la seguridad de los ciudadanos. Y a todos nos va mucho en ello.