Es imposible vaticinar qué pasará con la profesión de Gestor Administrativo ni, en particular, cómo serán los despachos del futuro, dada la innumerable cantidad de factores que influyen y los incentivos que intervienen en la configuración de la estructura de las Gestorías Administrativas. La organización de éstas en el futuro dependerá de cómo los gestores administrativos aprovechemos las oportunidades que se nos vayan poniendo a nuestro alcance y nuestra capacidad para reaccionar y adaptarnos al entorno.
Por ello, resulta fundamental que alcancemos el convencimiento de que somos profesionales de élite, Este debe ser el punto de partida de cualquier análisis que podamos realizar sobre el futuro de la profesión de Gestor Administrativo. En un mercado tan cambiante y competitivo como el actual, sólo los mejores tienen cabida. Por eso, el primer paso tiene que ser aspirar a la excelencia profesional y olvidarnos de la mediocridad con que muchos profesionales afrontan el día a día.
Para ser un profesional de élite, lo primero con lo que hay que contar es con pasión por esta profesión y estar dispuesto a darlo todo. Es preciso que no nos pese el esfuerzo y el sacrificio, convencidos de que nuestra actividad es un auténtico lujo y que nuestro trabajo es una suerte para nuestros clientes, que ponen en manos de nuestra profesionalidad, en buena medida, la suerte de sus negocios. Una responsabilidad para la que hay que estar preparados permanente.
Estar convencidos de ser profesionales de élite supone: trabajar por un conocimiento especializado puesto al día; dominar las novedades tecnológicas, siempre por delante de las Administraciones Públicas y de las empresas; apostar por una capacitación educativa de alto nivel, propia y de nuestros empleados y colaboradores sobre las materias que pueden abrirnos nuevos campos de trabajo, siempre atentos a las necesidades de nuestros clientes y a las tendencias de los mercados nacionales y extranjeros; controlar el contenido del trabajo, gracias a una planificación eficiente; dimensionar una organización propia eficaz y flexible; buscar la autorregulación, con espíritu corporativo y colaborativo tanto con los compañeros de profesión como con la comunidad con la que trabajamos; y, finalmente, pero no menos importante, la aplicación de elevadas normas éticas.
La clave es entender que lo único constante hoy es la necesidad de cambio. La innovación es absolutamente constante porque el ciclo de vida de los productos y de los servicios es cada vez más corto, más efímero y la competencia se ha globalizado en todos los ámbitos.
Los Gestores Administrativos hemos realizado, ya desde hace muchos años, una apuesta decidida por la digitalización de la profesión y por la preminencia de los trámites electrónicos. Ahora más que nunca, con la crisis abierta por la expansión del COVID-19 donde hemos sido declarados “actividad esencial”, hemos podido comprobar la importancia que tiene ser una de las profesiones más avanzadas en la Administración Electrónica. Este debe ser un camino al que debemos enfrentarnos conjuntamente, porque la unión hace la fuerza.
Supimos en los años 70 ser los primeros asesores fiscales cuando en este país nadie sabía lo que eran los impuestos, Y lo hicimos colectivamente. Fuimos los primeros en realizar las matriculaciones y las transferencias de vehículos directamente en los servidores de Tráfico, Y lo hicimos colectivamente. Y hemos desarrollado y seguiremos desarrollando numerosas actuaciones de colaboración con las Administraciones, mediante la firma de convenios como nacionalidad y extranjería; de manera colectiva y a través de acuerdos colaborativos con otras profesiones, sabiendo encontrar bases de colaboración que nos abran puertas y oportunidades.
Nadie nos va a regalar nada. Por eso el futuro es nuestro si estamos convencidos de que somos profesionales de élite y actuamos como tales, huyendo de la mediocridad y la molicie.
Víctor J. Carpintero
Presidente del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Cantabria