Este libro tiene un objetivo principal consistente en recorrer los lazos, hitos y acontecimientos históricos que ponen de manifiesto la continuidad, a través de épocas claramente diferenciadas, entre el originario astillero de Potrañés, el Real Astillero de Guarnizo (RAG), fundado en el año 1581, y el actual astillero “Astilleros de Santander”.
Los autores hemos mantenido a lo largo de sus páginas un hilo conductor común basado en considerar que la continuidad de una empresa, como ocurre en este caso con el Real Astillero de Guarnizo, radica en la permanencia en ella de un núcleo importante de sus operarios en cada generación.
Partimos pues de que no es el Empresario, que vende la empresa según las condiciones del mercado, ni el Director o el Superintendente, que son puestos o depuestos a voluntad del empresario, o los Consejos de Administración de cada etapa, quienes definen la continuidad o no de una empresa, sino que son los operarios que trabajan y viven de ella, y que permanecen en sus puestos de trabajo, cuando cambia el Director o el Empresario decide venderla.
A través de estas páginas se realiza al mismo tiempo un recorrido para conocer en detalle otros aspectos de la historia del Astillero, como son:
• Mantener viva la memoria de las personas y sus obras en las distintas épocas.
• Relatar los avatares de la empresa desde sus orígenes hasta el siglo XXI, aportando referencias y acontecimientos que no han sido publicados hasta ahora en un libro de estas características.
• Investigar sobre los graves problemas que ocasionaron al astillero los acuerdos alcanzados entre AESA y SEPI con la UE, que imposibilitaron a la empresa, que entonces se llamaba Astilleros de Santander, la realización de nuevas construcciones y de transformaciones, abocándola a su cierre; problemas comparables a los que supusieron para el RAG la decisión, de Felipe V, en 1726, a propuesta de José Patiño y Rosales, de crear los tres Arsenales, dejando fuera al RAG.
• Dar fe de estos agravios, que tampoco habían sido publicados hasta ahora, fue otro de los motivos que nos indujeron a la realización de este libro.
• En los temas acaecidos a mediados del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, hemos contado con la inestimable colaboración de antiguos trabajadores de Talleres, por los que no parecen pasar los años, quienes nos han ido relatando los acontecimientos del nuevo RAG que oyeron de sus padres y abuelos. La historia no perdonaría desaprovechar esta oportunidad, quizás irrepetible, y por eso hemos tratado de recopilar en este libro todas las aportaciones recibidas.
Con estas ideas y objetivos el libro, que dispone también de una valiosa aportación fotográfica y un CD con documentos justificativos y más fotografías, ha quedado concretado en torno a los siguientes apartados:
• Los primeros capítulos tratan sobre el paso del Astillero de Potrañés, en Guarnizo, al RAG en sus dos emplazamientos, los tipos de barcos que construyó, los personajes que por él pasaron, los sistemas constructivos que se emplearon, etc.
Astillero de Potrañés (Guarnizo) (—- – 1581).
Un poblado de pescadores que reparan sus barcas en la zona de Potrañés en el municipio de Guarnizo. La época más importante de este período coincide con el reinado de los Reyes Católicos, cuando el Astillero de Potrañés construye Naos de alto bordo.
Real Astillero de Guarnizo (Guarnizo) (1581-1770)
Cuando en tiempo de Felipe II, Cristóbal de Barros comienza la construcción de los primeros Galeones Oceánicos que ha tenido España, pasa el Astillero de Potrañés a pertenecer a la Corona y a convertirse en el RAG. Posteriormente, Francisco Díaz Pimienta, continua construyendo Galeones para la Carrera de Indias, de mayores dimensiones, lo que les imposibilita pasar por la Barra de Sanlúcar.
Real Astillero de Guarnizo (El Astillero) (1720-1770)
El nombramiento de Antonio Gaztañeta Iturribalzaga como Superintendente del RAG, el aumento de tamaño de los Navíos, frente a los Galeones anteriores, y el poco calado de la ría de Solía, inducen a Gaztañeta a crear un nuevo astillero, a ¼ de milla del de Potrañés, en lo que será el pueblo de El Astillero. A partir de 1720 el RAG construirá Navíos en este nuevo astillero y continuará construyendo Fragatas y embarcaciones menores en Potrañés. Los últimos buques construidos para la Armada, en los dos emplazamientos del RAG, fueron los, seis Navíos y cuatro Fragatas, del Asiento de Zubiría dirigidos y modificados por Francisco Gautier.
Real Astillero de Guarnizo (Guarnizo) (1770-1835)
Prácticamente sin actividad, solo se construyen tres mercantes. Algunos operarios, reconvertidos en campesinos, continúan viviendo alrededor del astillero a la espera de tiempos mejores que no vendrán.
Real Astillero de Guarnizo (El Astillero) (1770-1835)
La marina mantiene durante esta época un equipo formado por un Superintendente, cinco oficiales y siete operarios. La actividad es pequeña, solo se construyen doce mercantes aunque se reparan muchos.
- Posteriormente se estudian las distintas épocas por las que atraviesa el RAG y los cambios de nombre que sufrió, en función de los nuevos propietarios que fueron:
Junta de Comercio de Santander (Guarnizo) (1837-1847)
La Armada, tras una serie de disputas entre los vecinos y el Superintendente nombrado por la Corona, cede a la Junta de Comercio de Santander las instalaciones del RAG, en sus dos emplazamientos, así como las construcciones anejas. En este periodo solo se construyen en Potrañés dos corbetas mercantes. En 1847, colmatada la ría de Solía, sale a subasta con otros bienes cedidos por la Marina.
Junta de Comercio de Santander (El Astillero) (1837-1871)
A pesar del gran interés que parecían tener los Armadores de Santander, por la insistencia de sus peticiones a la Armada del RAG, algo construyeron, unos 30 barcos, algunos de hierro y vapor, en poco más de 30 años. Realmente la mayoría de los Armadores de Santander construyeron en Vizcaya, que ya por entonces gozaba de fueros y prebendas que abarataban la construcción, además de ser Bilbao el centro de comercio del Norte.
Talleres de Bernardo Lavín (1871-1902)
Cuando la Junta de Obras del Puerto de Santander, heredera de la Junta de Comercio, decide abandonar las antiguas instalaciones del que fue RAG de los Navíos para crear en Santander su pequeño Arsenal, en el pueblo solo permanecen los operarios que habían construido sus casas alrededor del astillero. Con este personal, que lo fue de la Junta de Comercio de Santander, Bernardo Lavín, que también había trabajado, como forjador, para la Junta, mantiene la empresa, que se separa de la construcción en madera y comienza a trabajar en los barcos de hierro que llegaban a los cargaderos de mineral, recientemente creados en el pueblo.
Viuda de Lavín y Cía. S. C. (1902-1913)
A la prematura muerte de Bernardo Lavín, su viuda, Adelaida Coterillo García, crea una Sociedad Mercantil Comanditaria, de carácter familiar, con una duración de 10 años. Siguieron reparando barcos y construyeron un vapor.
Talleres del Astillero Herederos de Lavín S. A. (1913-1923)
Adelaida, cumpliendo un deseo de su marido, construye un dique de LxB 109×16 metros. Los importantes gastos que esta obra supuso la forzaron a asociarse con personas ajenas a la familia Lavín y al final termina por vender la empresa.
Talleres del Astillero S. A. (1923-1952)
Casimiro Tijero Aguirre compra Talleres, y con él, la empresa, atraviesa uno de los períodos más negros de la historia moderna de la factoría, las huelgas y la Guerra Civil condicionan la poquísima actividad de la empresa. En 1940, Talleres alquila el dique de Gamazo, que la JOP había construido en Santander, y comienza a prosperar. Cuatro años después de la muerte de su padre, sus herederos, venden la empresa.
Talleres del Astillero S. A. TASA (1952-1966)
Pysbe, Cepsa, Berge y Cia entre otros, liderados por el Banco de Santander como mayoritario, compran la empresa. En este periodo se realiza la mayoría de las obras civiles del astillero, se da a la factoría un carácter más empresarial y se consigue una aceptable carga de trabajo.
Astilleros de Santander S. A. “ASTANDER” (1966-1999)
El Banco de Santander, viendo la poca rentabilidad de la inversión, quería vender la empresa, La Naval estaba necesitando, para sus nuevas construcciones, dique y muelles mayores que los que tenía. Se produce la compra escalonada de la factoría por La Naval. Se termina el dique nº 2 de LxB 230×32´31 metros y aumenta la producción, son los mejores años de la historia moderna del astillero. La creación de AESA y la compra posterior por SEPI, aunque solucionaron algunos problemas, a la larga fueron negativos para ASTANDER, al que se le prohibió realizar Nuevas Construcciones y Transformaciones.
Astilleros de Santander S. A. “ASTANDER” (1999 –2015)
Tras un periodo de huelgas SEPI vende la empresa a ITALMAR que, tras un difícil comienzo, está enderezando el rumbo de la empresa.
* Termina el libro con unas reseñas de algunos de los personajes que pasaron por el RAG, El Marqués de la Ensenada, Gaztañeta, Cossío, Autrán, Howell, Rooth, Francisco Gautier, Fernández de Isla, Adrián Gassís, y prácticamente una enumeración de los Ingenieros Navales que se dedicaron a las construcciones, así como el listado de los barcos construidos desde las épocas del RAG hasta nuestros días.
El libro tiene 400 hojas y un CD con fotos y reproducción de una serie de documentos utilizados en la redacción.
Se puede comprar en Santander en: Librería Estvdio, Librería Gil, Librería del Museo Marítimo del Cantábrico, Librería Santoveña (frente a los Chalets de la Tierruca en la calle Cisneros), Librería Alonso, La Librería del Puerto, Librería Gloriana, Librería Valdeón, etc.
Para envíos fuera de Santander pueden contactar con Alberto García Monar al e-mail coincanta@iies.es o a Cantabria@ingenierosnavales.com