Debemos vigilar nuestro estado de bienestar emocional y psicológico. En el caso de personas que no tenían dificultades en su salud psicológica, en el momento anterior de la crisis del coronavirus, lo más lógico será encontrar, si acaso, alteraciones que responden a un deficiente control de la situación de estrés provocada por la larga duración de esta pandemia y que puede traducirse en inestabilidad emocional, apatía y rasgos de ansiedad. Por lo que respecta a personas que se han visto afectadas directa o indirectamente por situaciones traumáticas podrían darse otras manifestaciones psicológicas más severas como trastornos de estrés agudo y/o postraumático y duelo patológico. En todos los casos el asesoramiento y apoyo de profesionales cualificados de la Psicología es muy recomendable.
Es necesario ajustar nuestras expectativas partiendo de la actual realidad caracterizada porque el virus seguirá con nosotros y del que debemos protegernos para que no se produzca una nueva pandemia que nos situaría en un escenario mucho más dramático que el que estamos viviendo.
La adaptación a esta nueva realidad traerá consigo un nuevo escenario al que tendremos que ir acostumbrándonos: uso de mascarillas y guantes, lavado frecuente de manos, turnos de espera, distancias de seguridad, limitación del número de pasajeros en medios de transporte, aforos restringidos…
A igual que como hacemos cuando nos preparamos para un cambio de estación, sustituyendo la ropa en nuestros armarios, modificando nuestras comidas y actividades así debemos hacer, cambiando pequeñas tareas y rutinas para ir acercándonos a la nueva realidad que iremos descubriendo. Tenemos que optar por dar prioridad a aquello que nos resulta más urgente y esencial.
Hay que llevar a cabo pequeños proyectos sencillos que nos permitan percibir que estamos mejorando en algo: un curso de manejo de herramientas en internet, un video sobre una receta de cocina que después pondremos en práctica o cualquier reparación doméstica que nos permita lucirnos. La percepción de conseguir pequeños éxitos que nos proponemos aumentará nuestro estado de bienestar psicológico.
Es una recomendación del Colegio de Psicología de Cantabria