Carta del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales sobre el control de algunas poblaciones cinegéticas durante el Estado de Alarma a los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación y Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Son numerosas las noticias que se han publicado en estos últimos días, referentes a los daños causados en este grave problema. El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales que tengo el honor de representar, es una Corporación de Derecho Público recogida en el Artículo 36 de la Constitución Española de 1978, manifiesta su total apoyo a la recomendación realizada a las comunidades autónomas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para mantener el control poblacional del jabalí, debido a los graves problemas que su proliferación está causando en las explotaciones agroganaderas de toda España.
Debemos apuntar que el jabalí no es la única especie cinegética cuyo desequilibrio poblacional se traduce en graves perjuicios y amenazas para la agricultura, la ganadería y los sistemas forestales, que pueden derivar en graves riesgos y afecciones en el ámbito de la sanidad pública y animal. Lo mismo sucede con la cabra montés, en el Sistema Central, el rebeco y el ciervo en la cornisa cantábrica, primordialmente por la necesidad de controlar la propagación de “sarna sarcóptica” en su población, o la cabra asilvestrada en las Islas Baleares que está poniendo en jaque a todo el medio natural mallorquín al impedir el regenerado de vegetación.
También las poblaciones de conejo, corzo y ciervo, suponen graves riesgos derivados de su sobrepoblación en determinados municipios de nuestro país. Son más que evidentes los daños en cultivos, explotaciones ganaderas y agroforestales que se están produciendo en las últimas semanas, pero no son los únicos motivos que justifican el control, más que necesario, de las poblaciones de las especies cinegéticas.
Los accidentes de tráfico, que lógicamente se incrementarán cuando se pueda circular por carretera al final de confinamiento, la persistencia de enfermedades de gran relevancia para la sanidad pública y animal como la tuberculosis, la peste porcina africana, la sarna o los daños que algunas especies cinegéticas están causando a numerosas especies de flora y fauna autóctona, ponen en serio peligro la preservación de la biodiversidad de nuestros espacios naturales, algunos de ellos protegidos, bosques y algunos hábitats recogidos en la Directiva 92/43/CEE.
El control poblacional de especies cinegéticas es, sin lugar a dudas, una herramienta clave para mantener las densidades óptimas de determinadas especies en el medio natural, cumpliendo así una función primordial en la resolución de los problemas mencionados.
El análisis de daños y riesgos que determine este control debe ser realizado por profesionales cualificados, basado en argumentos técnico-científicos y ajustado a lo establecido en la normativa aplicable y deberá realizarse cuando previamente exista una autorización por parte de la administración competente y adoptando siempre las medidas de prevención necesarias conforme a las indicaciones de la autoridad sanitaria para evitar la propagación del COVID-19.
Son numerosos los beneficios ambientales y sociales que se derivan de una gestión cinegética sostenible. Por todo ello, ofrecemos nuestra ayuda, colaboración y experiencia contrastada avalada por todos los años que nuestros profesionales expertos han dedicado con su trabajo, y contribuido con la realización de millares de estudios sobre la gestión de fauna silvestre, cinegética o no, encontrando y adoptando siempre las mejores soluciones sostenibles en el tiempo.
Todo ello sólo podrá hacerse realidad mediante la conciliación de intereses de los sectores implicados, agricultores, ganaderos y gestores del medio natural, trabajando juntos en la consecución del fin que todos, con absoluta seguridad buscamos, que la conservación de los ecosistemas, el desarrollo rural, y el apoyo a las poblaciones rurales caminen juntos y en la misma dirección.