Según la Organización Mundial de la Salud, Cantabria necesita 1.336 enfermeras y enfermeros para alcanzar la proporción de profesionales por habitantes que establece la Unión Europea.
Así queda recogido en el Informe de Recursos Humanos en Enfermería de 2023, elaborado por el Consejo General de Enfermería de España.
El informe detalla que Cantabria experimenta, al igual que otras comunidades, una “fuga de talentos” hacia otros países de Europa que ofrecen mejores condiciones laborales. Esta situación no solo afecta los profesionales de la enfermería en la región, sino que también refleja la urgencia de revisar y mejorar las condiciones de contratación y retención del personal.
La demanda para estudiar enfermería en universidades públicas en Cantabria es notablemente alta, superando por varias veces la oferta disponible. Durante el curso 2023-2024, la universidad pública de Cantabria ofreció 85 plazas, pero la demanda alcanzó 1,529 solicitudes, lo que pone en evidencia la necesidad de aumentar las plazas de formación en enfermería en la región para asegurar una plantilla suficiente en el futuro.
A nivel nacional, la inestabilidad laboral en el sector de enfermería sigue siendo un problema crítico, y Cantabria no es una excepción. Las condiciones laborales, caracterizadas por la temporalidad y la precariedad, afectan la calidad de vida de los enfermeros y enfermeras, y también influyen en la gestión de los servicios sanitarios, particularmente en áreas esenciales como la atención primaria y la salud mental. La alta rotación del personal de enfermería en Cantabria limita el desarrollo de relaciones de confianza con los pacientes, lo cual es crucial para ciertos colectivos como los ancianos o personas con discapacidades específicas.
Cantabria, con una población que envejece rápidamente, enfrenta retos específicos en el ámbito asistencial. La creciente demanda asistencial, potenciada por el aumento de enfermedades crónicas y degenerativas, exige una adaptación de los recursos humanos en el sector. La región cuenta con un sistema de atención primaria que debe atender a un alto volumen de consultas, tanto presenciales como domiciliarias.
A nivel nacional, el 75,7% del personal de enfermería trabaja en hospitales, el 16% en centros de atención primaria y el 3,4% en servicios de emergencia. Cantabria sigue esta tendencia, aunque con diferencias locales en la distribución de recursos en función de la estructura de su sistema sanitario. El equilibrio en la asignación de enfermeros entre estos niveles asistenciales es fundamental para mejorar la accesibilidad y calidad de los servicios sanitarios.
- Propuestas de Mejora para el Sector Enfermero en Cantabria
- Ampliación de Plazas Formativas: Aumentar el número de plazas en el Grado de Enfermería en universidades públicas y explorar la posibilidad de ofrecer formación en instituciones privadas, con el fin de equilibrar la alta demanda y formar suficientes profesionales.
- Mejora de las Condiciones Laborales: Abordar la temporalidad y precariedad laboral mediante políticas de empleo estable y medidas de retención, para evitar la fuga de enfermeros cualificados.
- Fortalecimiento de los Recursos en Atención Primaria: Redistribuir el personal para cubrir de manera eficiente tanto las áreas hospitalarias como la atención primaria, de modo que se mantenga la calidad en los cuidados y se cubran las necesidades de la población en su totalidad.
- Promoción de la Especialización y Formación Continua: Incrementar las oportunidades para que los profesionales puedan especializarse en áreas críticas como geriatría, salud mental y cuidados crónicos, lo que permitirá una respuesta más eficaz a las demandas específicas de la región.
El sector enfermero en Cantabria necesita medidas proactivas para adaptar su capacidad de respuesta a las necesidades crecientes de la población. La falta de plazas educativas suficientes, la inestabilidad laboral y la sobrecarga en los servicios asistenciales son áreas prioritarias a resolver. Con un enfoque estratégico en la formación y la mejora de las condiciones laborales, Cantabria puede avanzar hacia un sistema de salud más sostenible y adaptado a su población.