Organizadas por el Colegio de Enfermería de Cantabria reunieron en el Paraninfo de La Magdalena a más de 350 profesionales de la salud
Que debemos alimentar y cuidar nuestras bacterias con fibra soluble de frutas y verduras de todos los colores, cereales integrales, legumbres y semillas (llamados alimentos prebióticos) es una de las conclusiones que arrojaron las III Jornadas de Enfermería Integrativa sobre Microbiota Intestinal.
Al encuentro, celebrado en el Paraninfo de La Magdalena organizado por el Colegio de Enfermería de Cantabria, acudieron más de 350 profesionales de la salud para escuchar a expertos nacionales e internacionales que pusieron de manifiesto que es preciso aportar, al menos, 25 gramos de fibra al día a través de estos alimentos en su forma natural y el consumo medio actual en España es de 12 gramos por persona y día, muy por debajo de lo recomendable.
Además, hay que incorporar a la dieta alimentos que contengan microorganismos vivos o probióticos, fermentados no pasteurizados posteriormente, como el yogur natural, el miso o el kéfir.
También quedó patente que la dieta es la forma más natural y eficiente de mejorar la microbiota intestinal, que los prebióticos y probióticos la previenen, mantienen y recuperan y que la leche materna es el mejor ejemplo de alimento prebiótico y probiótico, por lo que se debe potenciar como mejor alimento que una madre puede dar a su hijo.
Los expertos insistieron en que la alimentación actual es “rápida e insana” y debe disminuir al mínimo el consumo de azúcares, edulcorantes artificiales, cereales refinados y aditivos presentes en los refrescos, dulces y bollería industrial, como las galletas y otros productos procesados.
Asimsimo, recomendaron disminuir el consumo de proteína animal de la carne, porque, aunque es proteína de calidad, debe limitarse en la dieta y sustituirse por más consumo de pescado azul pequeño, que tiene grasas saludables y ricas en omega 3.
Por otra parte, el aceite debe ser de oliva virgen extra, hay que aumentar el consumo de grasas, como las que contienen los frutos secos, los aguacates y las semillas, y hay que evitar tomar fármacos sin prescripción médica.
Las III Jornadas de Enfermería Integrativa también dejaron claro que se debe evitar el uso de medicamentos sin prescripción médica. Sólo hay que tomar antibióticos si su beneficio es muy evidente, por su relación con la “disbiosis” o alteración de la microbiota intestinal, que también pueden producir otros fármacos tomados de forma crónica, como analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos, protectores de estómago y corticoides.
La microbita intestinal es un “nuevo órgano reconocido” y los profesionales de la salud deben formarse para conocer su fisiopatología y su desequilibrio (disbiosis) porque puede dar lugar a enfermedades muy diversas.
También es necesario que los enfermeros incluyan en su trabajo diario la valoración de la disbiosis en los pacientes aunque aún hay más preguntas que respuestas que deberán resolver las investigaciones.
Este futuro genera ilusión y los enfermeros deben ampliar conocimientos e investigar participando en estudios que aporten más evidencias, al tiempo que se considera necesario diseñar protocolos o guías que recomienden las cepas específicas que sean beneficiosas en distintas alteraciones o enfermedades, basados en estudios y evidencias, por lo que es imprescindible el desarrollo de ensayos clínicos que permitan avanzar con paso firme, sin promover el uso de probióticos indiscriminado sino con criterio, cuando haya indicación, exista necesidad y esté probado su beneficio con evidencia científica.