En el acto tuvo lugar el relevo del presidente de la institución colegial, de forma que Francisco Javier Hernández de Sande sustituye a Tomás Cobo, elegido vicepresidente primero de la OMC
El Colegio de Médicos de Cantabria entregó ayer sus insignias de plata a un total de 52 colegiados, con motivo de su 25 aniversario de colegiación, así como los diplomas de Colegiado Honorífico a 38 médicos, durante los actos que organiza la entidad para celebrar la festividad de la patrona de los médicos, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
El acto tuvo lugar en el Paraninfo de la Magdalena, estuvo presidido por el vicepresidente primero del Consejo General de Colegios Médicos de España (OMC), Tomás Cobo, y contó con la asistencia de la consejera de Sanidad, María Luisa Real, el presidente del Colegio de Médicos de Vizcaya, Cosme Naveda, así como representantes de otros colegios profesionales nacionales y regionales.
Cobo se despidió de los colegiados cántabros al ser elegido vicepresidente primero del OMC y asumió la presidencia del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria el doctor Francisco Javier Hernández de Sande.
Durante su intervención, Tomás Cobo resaltó los éxitos que ha obtenido el colegio cántabro, así como las actividades que se han realizado durante los más de seis años que ha dirigido la institución médica cántabra y agradeció a las diferentes instituciones y organizaciones regionales el apoyo y colaboración que ha tenido.
También recalcó la importancia de recuperar el reconocimiento social de los profesionales, para lo que, a su juicio, hay que hacer saber a los ciudadanos “cuánto nos cuesta llegar a ser especialistas”.
Por su parte, Javier Hernández de Sande agradeció la confianza del ex presidente de la entidad y de los miembros de la junta directiva por designarle nuevo responsable de la institución y aceptó el relevo, “lleno de ilusión y con el objetivo de seguir una línea continuista por una clara razón, porque la entidad colegial ha hecho bien las cosas y a la vista están los resultados”.
Asimismo, apostó por seguir trabajando en ámbitos como la ayuda incondicional a los médicos enfermos, el apoyo a los médicos con la política contra las agresiones, la prioridad a la formación y los proyectos de cooperación, “porque los médicos también tenemos que pensar en los más débiles, generosidad realmente loable que Tomás deja patente cada año con sus colaboraciones y su enorme vocación, labor que continuará el doctor Fernando de la Torre, una pieza clave en el entramado de ayudas al Tercer Mundo”.
Por su parte, la consejera de Sanidad defendió la ética profesional y la deontología como pilares fundamentales de la práctica profesional de la medicina. “Aunque esa práctica se beneficia de la innovación, la tecnología y los avances científico-técnicos, son la confidencialidad, el respeto a las preferencias del paciente, la delicadeza en el trato humano dentro de la relación clínica y el compromiso con la eficiencia y la sostenibilidad del sistema sanitario los rasgos definitorios del profesionalismo, que va más allá del respeto y del deber de cumplir las normas legales”, ha apuntado Real.
La festividad de los médicos finalizó con la actuación de la Orquesta de Cuerda Aedea, que está formada por alumnos de violín de los cursos de las enseñanzas profesionales.